Evolución individual de una entidad

La presente síntesis de la teoría de la evolución nunca ha tenido el menor poder predictivo, pero tampoco ha tenido poder descriptivo, por lo que, como la cosmología, se ha usado mayormente como complemento narrativo para leyes físicas sin ningún espesor temporal en el más decisivo de los sentidos.

Para paliar las evidentes limitaciones de una teoría que sólo gracias a la fantasía puede tener algún contacto con las formas naturales —y no desestimemos el poder de la fantasía en un campo como éste-, la evolución se ha combinado con la perspectiva del desarrollo biológico (evo-devo), y aun con la ecología (eco-evo-devo), pero ni aún así se ha podido crear un marco medianamente consistente o unitario para describir problemas como la emergencia, la maduración, el envejecimiento y la muerte de los seres organizados.

No hay necesidad de llamar a todo esto por otro nombre que evolución sin más, dado que la presente teoría sólo se ha apropiado de ese nombre para dedicarse luego a tratar cuestiones especulativas y remotas, en lugar de problemas cercanos y plenamente abordables.

¿Qué es lo que determina el envejecimiento y muerte de los organismos y las sociedades? Esto es un problema real de evolución.

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